Descubra cómo la Inversión Pública Global aborda las principales críticas al sistema internacional de finanzas públicas y al sistema de ayuda para el desarrollo. La Inversión Pública Global es lo más parecido a una visión nueva y compartida para una transformación universal y duradera de la arquitectura internacional del desarrollo.
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El informe aporta argumentos basados en valores sobre el potencial de la Inversión Pública Global para la descolonización y la equidad, la reconstrucción del multilateralismo, la solidaridad y la confianza internacionales y la defensa de los principios de los derechos humanos. Presenta argumentos prácticos sobre el potencial de la GPI y demuestra que todas las regiones del mundo tienen motivos para adoptar un enfoque de GPI.
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En los últimos años, la Inversión Pública Global ha pasado de ser una propuesta transformadora que muchos creían imposible a un proyecto estratégico que la mayoría considera ahora necesario y factible. Ha llegado el momento de hacerlo realidad.
El mundo necesita pasar de una respuesta ad hoc a las crisis a un enfoque estructurado, que asigne fondos públicos internacionales para invertirlos allí donde las carencias sean mayores.
Los partidarios de la GPI deben plantearse qué incentivaría a las distintas regiones y países a participar en su co-creación. Los países de renta alta necesitarán ver beneficios tanto nacionales como globales, mientras que los países menos ricos querrán que aumente su voz e influencia, así como garantías de beneficios directos de un sistema global evolucionado.
Estamos entrando en una nueva era de la historia, en la que nuestra seguridad planetaria dependerá de la medida en que podamos mejorar la cooperación internacional para garantizar el suministro de bienes y servicios públicos mundiales esenciales (como las vacunas en caso de pandemia), proteger los bienes comunes mundiales (como los casquetes polares) y asegurar la tecnología, las infraestructuras y las instituciones adecuadas.
A lo largo de los próximos meses y años, la GPI deberá conseguir la aceptación de una amplia gama de partes interesadas, incluidos gobiernos de todos los niveles de renta, organizaciones multilaterales y grupos de la sociedad civil, así como movimientos sociales y ciudadanos.
